Al comprar un manojo de zanahorias bien fresquitas con todo y hojas, tenemos un sinfín de recetas que podemos realizar, sobretodo para aprovechar al máximo todas las vitaminas y minerales que tanto la zanahoria como sus hojas contienen.

Las hojas de las zanahorias son ricas de proteínas, sales minerales y vitaminas.  Contienen hasta seis veces más vitamina C de la parte naranja, que es la que normalmente preferimos.   Además, las hojas son fuente de potasio, magnesio y carotenoides.

Iniciamos por cortar la parte más gruesa del tallo y dejamos solo la parte más tierna y las hojas.

Lavamos y secamos bien las hojas.

Colocamos las hojas, las almendras, el aceite y la sal dentro un mixer o triturador. 

Si deseamos agregar el queso parmesano y el diente de ajo, los agregamos también.

Trituramos y agregamos un par de cucharadas de agua.

Licuamos hasta que tengamos un compuesto homogéneo.

El pesto no debe ser demasiado líquido.

Si lo deseamos como salsa para la pasta, cuando la estamos cocinando, agregamos unas 2-3 cucharadas de agua de cocción o hasta que obtengamos la consistencia deseada y lo saboreamos con la pasta.

También puede ser el acompañamiento para un exquisito pan fresco.

¡Buen provecho!