Aprovechando de la temporada de ayotes, decidí preparar esta exquisita focaccia que podemos degustar asi solita o en compañía de quesitos o cremas de untar, como por ejemplo la crema de berenjena.

Sabrosa y nutriente, se prepara en poco tiempo y es ideal para una cena diferente o un pic nic.  Deliciosa tibia o incluso fría.

Iniciamos limpiando el ayote de cáscara y semillas.  Cortamos en pequeños trozos, agregamos una cucharada de aceite extra virgen de oliva, una pizca de sal y una cucharada de romero, mezclamos bien.

Colocamos papel para hornear en una bandeja y horneamos por 25-30 minutos hasta que estén suaves.

En un recipiente grande, cernimos las harinas.

Una vez cocinado el ayote, lo licuamos, dejamos enfriar.

Incorporamos el ayote frío a la harina, junto a la levadura, mezclamos bien.

Agregamos la sal, poco a poco el agua y el aceite.  Primero vertemos 250ml de agua y amasamos, si fuese necesario incorporamos otro poco de agua. 

Cuando obtenemos una masa homogénea no pegajosa, está lista.

Pasamos la masa a una superficie, extendemos un poquito la masa e iniciamos a pasar cada punta hacia el centro.

Cuando lo realizamos con cada una de las puntas, con la palma de la mano realizamos una bola lisa.  La trasladamos a un recipiente grande y dejamos reposar por 3 horas.

Después del tiempo de reposo, habrá duplicado su volumen.

Con la ayuda de un pincel distribuimos aceite sobre toda la superficie de la bandeja del horno.

Extendemos con las yemas de los dedos la masa en la bandeja.

Dejamos reposar por 1 hora, dentro el horno apagado.

Picamos finamente el romero.

A los 30 minutos de reposo de la masa; en un recipiente pequeño, colocamos dos cucharadas de aceite extra virgen de oliva e incorporamos el romero, mezclamos y dejamos reposar por 30 minutos. 

Precalentamos el horno a 250° C (485° F).

Transcurrido el reposo de la masa, distribuimos con un pincel el aceite aromatizado con el romero.

Podemos incorporar también semillas de ayote encima.

Horneamos por 20 minutos, cuando vemos dorada la focaccia retiramos del horno.

¡Buen provecho!