Pandoro
El pandoro es un pastel alto, originario de Verona. Se sirve como postre en ocasión de las fiestas navideñas, no falta en cada casa italiana y por su forma de estrella es amado tanto por grandes que por chiquitos.
La receta base es simple y se sirve con azúcar en polvo, para enriquecerla se puede servir con crema pastelera como en mi caso. Ver receta de crema pastelera vegana.
Se requiere un poco de paciencia por los largos tiempos de fermentación, pero en realidad no es difícil, basta conseguir un molde y listo. Si fuese imposible encontrar el molde, podemos utilizar uno de budín grande, a forma de estrella.
Aconsejo de leer atentamente la receta antes de iniciar a elaborar para que así se pueda organizar con los tiempos y tener cerca todos los ingredientes.
Ingredientes
Para un Pandoro de 1 kg
Para la pre-fermentación:
50 g de harina tipo 0 Manitoba (o 0 de fuerza W350)
1 cucharada de azúcar de caña
1 bolsita de azafrán o una pizca de cúrcuma (esto es para el color)
7,5 g levadura de cerveza seca
60 ml de agua tibia
Para la primera masa:
Pre- fermentación ya lista
200 g de harina tipo 0 Manitoba o 0 de fuerza W350
1,5 g de levadura seca de cerveza
30 g de mantequilla suave
25 g de azúcar de caña
55 ml de leche vegetal tibia sin azúcar (soya) o vacuna
Para la segunda masa:
Primera masa ya preparada
200 g de harina tipo 0 Manitoba o 0 de fuerza W350
120 g de azúcar de caña
30 g de mantequilla suave
110 ml de leche tibia vegetal sin azúcar (soya) o vacuna
1 cucharadita de sal
1 vaina de vainilla o una pizca de esencia o también una pizca de vainilla en polvo
140 g de mantequilla a temperatura ambiente para la masa
Azúcar en polvo para la decoración
Opcional: crema pastelera vegana
Mantequilla para engrasar
Preparación
El primer paso es realizar la pre- fermentación.
Iniciamos colocando los 7,5 g de levadura seca con los 60 ml de agua tibia, dejamos en reposo por 10 minutos para activarla.
Se presenta así ya activa.
Colocamos en un recipiente grande que contenga poco a poco las masas sucesivas, la levadura activa, la cucharada de azúcar, el azafrán y los 50 g de harina.
Revolvemos bien, notamos que el resultado es bastante líquido, lo cubrimos y lo ponemos a fermentar en el horno con la luz encendida.”
Después de 1 o 2 horas, cuando notemos que ya la masa tiene bastantes “huequitos” o irregularidades, nuestra pre – fermentación está lista.
En un recipiente pequeño, colocamos los 55 ml de leche tibia y los restantes 1,5 g de levadura seca, cubrimos y dejamos activar por 10 minutos.
Una vez activada la levadura, la vertemos sobre la masa de pre – fermentación, agregamos también los 25 g de azúcar y los 200 g de harina.
Mezclamos bien toda la masa, hasta que tengamos una masa homogénea.
Agregamos los 30 g de mantequilla suave.
Amasamos muy bien hasta que la masa absorba toda la mantequilla. Creamos una bola y la colocamos en un recipiente grande engrasado con mantequilla, cubrimos y colocamos en el horno con la luz encendida, hasta que duplique su volumen.
Pasadas 1 o 2 horas, revisamos que esté duplicado el volumen.
Sacamos y colocamos la masa en un robot de cocina para amasar, si no lo tuviésemos se amasa a mano, pero se requiere un poco más de trabajo (aproximadamente unos 15 minutos).
Vertemos poco a poco los 110 ml de leche tibia.
Incorporamos los restantes 200 g de harina, 120 g de azúcar, la sal y la vainilla.
Amasamos hasta que tengamos una masa uniforme, a este punto agregamos los restantes 30 g de mantequilla; si es en robot de cocina será después de unos 3-5 minutos, si fuese a mano unos 15 minutos.
Colocamos la masa sobre una superficie enharinada, la doblamos sobre sí misma, unas 3-4 veces, hasta que creamos una bola lisa y homogénea.
La colocamos a reposar dentro de un recipiente previamente engrasado con mantequilla. La cubrimos y la colocamos dentro el horno siempre con la luz encendida.
Transcurridas un par de horas aproximadamente, verificamos que haya duplicado su volumen.
Sacamos y lo envolvemos en papel transparente de cocina, la colocamos por unos 30 minutos en el refrigerador o unos 10 minutos en el congelador, pues necesitamos que la masa esté bien fría.
Mientras la masa se está enfriando sacamos los 140 g de mantequilla, necesitamos que esté a temperatura ambiente, lo cortamos en rebanaditas delgadas, para que nos sea más fácil colocarlo en la masa extendida.
Cuando la masa está ya bien fría, la sacamos y la colocamos sobre una superficie bien enharinada y la extendemos bien con un rodillo, creando un cuadrado.
Ayudándonos con un pincel de cocina o con una cuchara, distribuimos los 140 g de mantequilla, sin llegar demasiado a los bordes.
Doblamos los lados primero uno y luego el otro, hacia el centro, como si estuviéramos envolviendo un regalo.
Luego el lado de arriba y el lado de abajo hacia el centro.
Luego doblamos en tres; es decir, una parte hacia el centro y luego la otra, creando un rectángulo.
Aplastamos delicadamente con el rodillo, con cuidado que la mantequilla no se salga de la masa. Giramos la masa.
Lo envolvemos en papel transparente de cocina y lo colocamos en el refrigerador por unos 20 minutos para que se enfríe y endurezca un poco la mantequilla.
Realizamos este procedimiento, de extender y doblar en tres, colocar en refrigerador, otras dos veces.
Es decir, tres veces en total, la colocaremos en el refrigerador.
Sacamos del refrigerador y sobre la superficie enharinada realizamos una bola lisa y homogénea, doblando los bordes hacia el centro, la hacemos rodar sobre la superficie.
Engrasamos perfectamente el molde de pandoro con mantequilla y colocamos dentro la masa, con la masa más lisa (sin los bordes doblados) en el fondo.
Colocamos un pedazo de papel transparente de cocina sin tallarlo y lo metemos en el horno apagado a fermentar hasta que la masa llegue a un dedo del borde.
Deberán transcurrir 5-7 horas aproximadamente.
Precalentamos el horno a 170° C (335° F).
Lo colocamos en la segunda rejilla del horno y horneamos a 170° C (335° F) por 20 minutos, bajamos la temperatura a 160° C (320° F) por otros 35-40 minutos, cuando vemos que ya está dorado, aproximadamente a mitad de la cocción, colocamos papel aluminio, para que no se queme.
Antes de retirar del horno, verificamos como cualquier otro pastel, con un palillo grande o cuchillo fino, la cocción.
Una vez cocinado, sacamos del horno y dejamos en el molde por unos 10 minutos.
Después lo sacamos del molde y lo colocamos sobre una rejilla, cubrimos con un trapo de algodón (limpión) para que se enfríe completamente.
Una vez frío, espolvoreamos un poco de azúcar en polvo y degustamos.
O también lo cortamos en rebanadas y espalmamos un estrato de crema pastelera vegana entre una y otra y la colocamos a torre para que resulte aún más golosa.
¡Buen provecho!
Para la pre-fermentación:
50 g de harina tipo 0 Manitoba (o 0 de fuerza W350)
1 cucharada de azúcar de caña
1 bolsita de azafrán o una pizca de cúrcuma (esto es para el color)
7,5 g levadura de cerveza seca
60 ml de agua tibia
Para la primera masa:
Pre- fermentación ya lista
200 g de harina tipo 0 Manitoba o 0 de fuerza W350
1,5 g de levadura seca de cerveza
30 g de mantequilla suave
25 g de azúcar de caña
55 ml de leche vegetal tibia sin azúcar (soya) o vacuna
Para la segunda masa:
Primera masa ya preparada
200 g de harina tipo 0 Manitoba o 0 de fuerza W350
120 g de azúcar de caña
30 g de mantequilla suave
110 ml de leche tibia vegetal sin azúcar (soya) o vacuna
1 cucharadita de sal
1 vaina de vainilla o una pizca de esencia o también una pizca de vainilla en polvo
140 g de mantequilla a temperatura ambiente para la masa
Azúcar en polvo para la decoración
Opcional: crema pastelera vegana
Mantequilla para engrasar