Exquisitas tartaletas livianitas, rellenas de deliciosa mermelada preparada en casa.  La masa nos regala un sabor excepcional, delicado y a pesar que no se realiza con huevos ni mantequilla no se desborona y al mismo tiempo se deshace en la boca.

En esta receta las relleno con mermelada de fresas, pero podemos utilizar la que más nos guste.

Cernimos en un recipiente mediano la harina, el azúcar en polvo, la levadura en polvo, mezclamos y agregamos también la pizca de sal.

Incorporamos la cáscara de limón rallada y bien picadita.

Vertemos el aceite de girasol.

Revolvemos los ingredientes.

Agregamos el agua poco a poco, pero no toda.

Amasamos ayudándonos primero con una cuchara y luego con la mano, hasta que obtengamos una masa homogénea y suave pero no pegajosa, si estuviera demasiado seca, incorporamos otro poquito de agua. 

La masa estará lista cuando logremos dejar marca de nuestros dedos y no se nos pegue en la mano.

Colocamos sobre una superficie un pedazo de papel para hornear, encima colocamos 2/3 de la masa y papel para hornear, con un rodillo extendemos hasta que quede aproximadamente un grosor de ½ cm.  La masa que sobra la reservamos.

Sobre la masa extendida, colocamos cada uno de los moldecitos volteados, giramos para que los mismos bordes corten la medida, giramos de nuevo el molde, lo engrasamos y colocamos la masa cortada.  Repetimos hasta tener todos los moldes con su base de masa.

Siempre ayudándonos con papel para hornear y el rodillo, estiramos la masa que habíamos reservado y cortamos tiritas delgadas.

A cada uno de los moldes con la masa los rellenamos de mermelada de fresa y los decoramos con 3 tiritas de masa, luego colocamos otras 3 en sentido contrario.

Precalentamos el horno y horneamos a 180° C (350° F) por 40 minutos o hasta que estén doraditas.

Dejamos enfriar antes de desmoldar, para luego degustar nuestras deliciosas tartaletas.

¡Buen provecho!