Para un desayuno liviano, goloso, diferente y sano.  Con poquísimo azúcar agregado y tantísima fruta.

Ideal para los celiacos porque es una receta sin gluten.  Se puede preparar para un desayuno o una merienda llena de fruta.

Yo las he preparado tanto con fresas como cerezas.

Iniciamos calentando algunos minutos las almendras en un sartén antiadherente, girándolas de vez en cuando para que no se quemen.

Las dejamos enfriar.

Las colocamos en un mixer o triturador, por algunos segundos a la vez, hasta que obtengamos la consistencia de una harina. Las pasamos luego a un recipiente mediano.

Trituramos también las hojuelas de avena integral en el mixer y realizamos el mismo procedimiento hasta obtener la harina.  La agregamos al recipiente junto a la harina de almendras.

Incorporamos a las dos harinas la canela en polvo, la pizca de jengibre y la pizca de sal; mezclamos.

Vertemos el jarabe de maple y una a una las cucharadas de agua.  Vamos mezclando primero con la ayuda de una cuchara y luego con las manos.

Cuando tenemos una masa homogénea y suave pero no pegajosa, ya está lista.  Cubrimos y dejamos reposar.

Si utilizamos cerezas las lavamos, secamos y quitamos delicadamente las semillas, partiéndolas a la mitad.  Si fuesen las fresas, las lavamos, quitamos las hojas y las cortamos en pedazos no demasiado pequeños.  Los aráandanos en cambio, los lavamos y cortamos a la mitad.

Vamos colocando la fruta dentro una olla mediana, la media cucharadita del jugo de limón y el azúcar.  Cocinamos a fuego medio las fresas o arándanos por 5 minutos, si fuesen las cerezas por 10 minutos.

Aparte, diluimos la ½ cucharadita de almidón de maíz con las 4 cucharadas de agua.

Transcurridos los 10 minutos, vertemos el almidón de maíz diluido.

Revolvemos bien y cocinamos por otros 2 minutos.  Apagamos el fuego.

Mientras se enfría la fruta, tomamos la masa y la dividimos en 10 bolitas que colocaremos en pequeños moldecitos de silicón.  Vamos dando la forma ayudándonos con el pulgar.

Una vez preparados todos los moldecitos, los podemos cocinar en freidora de aire previamente precalentada a 165° C (320° F), por 8 minutos aproximadamente.

O también en horno convencional precalentado a 180 °C (350° F) por 12-15 minutos.

Cuando los vemos dorados, los retiramos del horno y esperamos a que estén completamente fríos para desmoldar.

Cuando tanto las canastitas como la fruta están bien fríos, las rellenamos y degustamos con nuestra bebida favorita.

¡Buen provecho!