Increíblemente exquisitas, para una merienda diferente y sabrosa. Sabemos que a una deliciosa pizza fresca, recién hecha nunca se puede decir que no.

O simplemente para cuando queremos sorprender a nuestros invitados para una cena casual. Ingredientes genuinos, simples y fáciles de encontrar.

Iniciamos con disolver la levadura fresca en casi toda el agua, unos 250 ml.

Una vez disuelta la levadura. Tomamos un recipiente grande y metemos las harinas, agregamos la levadura disuelta o la seca, el azúcar y la leche. Mezclamos bien, ya sea con una cuchara a mano o también en una empastadora.

Una vez que está bien mezclado, agregamos la sal y el resto del agua. Mezclamos bien.

Por último, vertemos el aceite.

Mezclamos muy bien hasta que toda la masa sea homogénea. Y que todos los líquidos se absorben.

Cubrimos y dejamos fermentar por aproximadamente una hora y media a temperatura ambiente.

Mientras está fermentando la masa, tomamos las mozzarellas y las cortamos en cuadritos pequeños.

Ya cortadas, colocamos los cuadritos sobre un colador para que vaya perdiendo el agua.

Pasado el tiempo de fermentación.

Tomamos la masa y la colocamos sobre una superficie enharinada, la cortamos en tiras.

Con ayuda de una balanza de cocina, tomamos pequeños pedazos y dependiendo de cuan grande las queramos realizar, las hacemos de 100 -150 o 200 g.

Colocamos cada uno de nuestros pedazos de masa sobre la superficie enharinada.

Tomamos uno per uno y unimos los bordes hacia el centro.

Ayudados con la superficie enharinada y con la palma de la mano, realizamos bolitas de cada uno de los pedazos.

Colocamos papel para hornear sobre bandejas de horno y disponemos bolitas dejando suficiente espacio entre ellas, cubrimos con y dejamos levitar dentro el horno apagado, por otra hora y media.

Hasta que duplique su volumen.

Precalentamos el horno a 250° C (485° F).

Tomamos cada una de nuestras bolitas y sobre una superficie enharinada, la extendemos delicadamente desde el centro hacia los bordes.

Dejamos el borde mas alto y las disponemos sobre la bandeja, cubierta con papel para hornear.

Colocamos una o dos cucharadas de salsa de tomate, dependiendo del tamaño de cada una y la mozzarella. Vertemos un poquito de aceite extra virgen de oliva sobre cada una. Una pizca de sal y un poquito de orégano seco.

Horneamos a 250° C (485° F) por 15 minutos.

Sacamos, espolvoreamos otra pizca de orégano seco y ponemos una hoja de albahaca fresca.

Servimos bien caliente.

¡Buen provecho!