Pizza Margarita
Esta pizza es increíblemente fácil de realizar y les aseguro un completo éxito. Con pocos ingredientes, bellísima y super sabrosa. Sin ningún esfuerzo obtendrán una pizza crujiente y suave al interno.
Con esta receta podrán crear una infinidad de variantes, esta que estoy realizando es la simple pero deliciosa Margarita, es decir, tomate y queso mozzarella, pero con fantasía, le podemos poner todo lo que nos guste más.
Ingredientes
Para 6 pizzas medianas
600 g de harina 0
350 g de harina tipo 2
50 g de harina integral
700 ml de agua
10 ml aceite extra virgen de oliva
22 g de sal
Levadura de cerveza fresca 6 g o Levadura seca 2 g
Harina de sémola de trigo duro (para cubrir las superficies)
Para la cobertura
Salsa de tomate cruda 150 g
Orégano seco a gusto personal
Pizca de Sal
Aceite extra virgen de oliva
Queso mozzarella para pizza 450 g o queso para derretir
Hojas de albahaca
Preparación
Para realizar esta pizza necesitaremos un recipiente grande, en donde colocaremos 600 g de harina 0 con 300 ml de agua y 3 g de la levadura de cerveza fresca (si fuera la seca 1 g).
Mezclamos con una cuchara perfectamente hasta que la harina haya absorbido toda el agua (serán como unos 2 minutos).
A este proceso se le llama pre-fermentación.
Cubrimos nuestra mezcla bien amalgamada, con papel transparente de cocina. La dejamos reposar por 12 horas a temperatura ambiente. Yo normalmente, la coloco dentro del horno apagado. NO REFRIGERADORA.
Después de 12 horas la masa se presentará así.
Dentro del recipiente con la pre-fermentación, agregamos 350 ml del agua y los otros 3 g de levadura fresca (1 g seca).
Revolvemos rápidamente. A continuación, agregamos las demás harinas, la tipo 2 y la integral. Amasamos enérgicamente con la cuchara.
Agregamos la sal y los restantes 50 ml de agua.
Trabajamos muy bien la masa, que será bastante elástica.
Vertemos el aceite.
Amasamos perfectamente hasta que se absorban todos los líquidos.
Dejamos reposar por otras 3 horas hasta que se duplique el volumen.
Colocamos la masa sobre una superficie bien enharinada con la sémola.
La alargamos delicadamente.
Cortamos en aproximadamente 6 pedazos de 250 g de masa. Siempre en una superficie enharinada trabajamos cada una de las bolitas de masa, haciendo círculos pequeños y jalando hacia nosotros, hasta que cada una esté bien lisa.
Las colocamos en un par de bandejas enharinadas, bien separadas unas de las otras.
Colocamos una bandeja sobre la otra, de manera que se proteja del aire. Dejamos reposar otras 3-4 horas siempre a temperatura ambiente.
Precalentamos el horno a 250° C (480° F).
Después de esta ultima fermentación, colocamos una bolita sobre una superficie cubierta con la harina sémola, delicadamente con la punta de los dedos, la alargamos del centro hacia afuera, intentando dejar un poquito más altos los bordes.
En un recipiente colocamos la salsa de tomate y un poquito de orégano.
La masa extendida en un molde de pizza individual bien engrasado con aceite.
Agregamos un poquito de salsa de tomate con un hilo de aceite extra virgen de oliva encima y una pizca de sal.
Horneamos a temperatura máxima en la parte más baja del horno, para tratar de imitar un horno a leña, por unos 5-7 minutos o hasta que este bien dorada, eso dependerá del espesor que tendrá nuestra pizza. Sacamos.
Metemos de nuevo en el horno, pero esta vez en la parte más alta por otros 5 minutos. Sacamos de nuevo y colocamos rebanaditas de la mozzarella.
¡El perfume que tendrá nuestra casa será delicioso!
Nota:
Si nuestro queso no es mozzarella y es queso para derretir, entonces la segunda vez que horneamos en la parte de arriba, la colocamos 3 minutos, sacamos, colocamos el queso y horneamos por otros 3 minutos o hasta que dore el queso.
¡Buen provecho!