Este delicioso pastel es uno de los más sencillos que he realizado y se lo dedico con mucho amor a mi amada hermana mayor, que es amante de los pasteles simples pero sabrosos.

Me encanta porque es increíblemente liviano, con un delicioso sabor de vainilla y una pizca de cítrico, yo lo uso también como base para pasteles de cumpleaños, porque al ser tan delicado se adapta a las cremas con las que lo queramos acompañar.

Iniciamos lavando el limón o naranja y lo rallamos, con cuidado de no cortar también la parte blanca, la picamos fino y reservamos.

Aparte en un recipiente mediano, vertemos el agua, el aceite y el azúcar.  Los batimos hasta que el azúcar esté bien derretido.

A continuación, vamos agregando la harina cernida poco a poco, vamos revolviendo para que no se formen grumos.

Cuando terminamos de agregar la harina, batimos hasta obtener una mezcla homogénea.

Precalentamos el horno a 180° C (350° F).

Incorporamos la ralladura de limón, la vainilla y la pizca de sal.  Mezclamos.

Por último, cernimos la levadura o polvo de hornear, revolvemos bien hasta que se incorpore.

Vertemos la mezcla en un molde engrasado de 24cm.

Horneamos en horno precalentado por 45-50 minutos. 

Hacemos la prueba del palillo y si sale seco, sacamos y dejamos enfriar por 15 minutos, luego desmoldamos y dejamos enfriar completamente.

Degustamos una deliciosa rebanada de pastel así solito o con una bolita de helado.

¡Buen provecho!