Exquisito pastel con sabor de antaño, con muchísimas proteínas, poco azúcar incorporado por la presencia de la uva pasa que le regala ese dulcito natural.

Se prepara en poquísimo tiempo y podemos disfrutar de un pastel sano. Delicioso para un desayuno o un cafecito en la tarde en compañía, es espectacular.

Pelamos y rallamos las zanahorias, dejamos aparte.

Tostamos las almendras por unos 5 minutos a fuego medio bajo en un sartén, giramos continuamente y cuidamos de no quemarlas.

Rallamos y picamos la cáscara del limón, dejamos aparte.

Una vez que las almendras están frías, las colocamos en un mixer o mini triturador.

Trituramos hasta hacer una harina de almendras.

En una batidora colocamos los huevos con el azúcar, batimos bien por aproximadamente 3 minutos, hasta tener un compuesto espumoso.

Incorporamos el aceite y la cáscara del limón.  Batimos nuevamente.

Precalentamos el horno a 175° C (350° F).

Agregamos la harina de almendras o almendras trituradas, cernimos la harina de grano sarraceno y la leche poco a poco; batimos nuevamente por pocos segundos.

Introducimos las zanahorias ralladas, la uva pasa y mezclamos con una espátula.

Espolvoreamos por último el polvo de hornear, mezclamos delicadamente de abajo hacia arriba con la espátula hasta que integremos bien.

Pasamos la mezcla al molde bien engrasado.  Cuando el horno está perfectamente caliente y en temperatura, horneamos por 30-35 minutos.

Si deseamos utilizar las nueces o almendras, las calentamos también éstas por 5 minutos a fuego medio bajo, picamos del grosor que más nos guste.  Dejamos aparte.

Una vez que el pastel está listo y antes de retirar del horno, hacemos la prueba del palillo, si sale seco, sacamos del horno.  Dejamos enfriar 5 minutos y desmoldamos.

Dejamos enfriar completamente.

Derretimos a baño maría el chocolate.

Decoramos con el chocolate derretido y las nueces o almendras.

Degustamos con nuestra bebida favorita.

¡Buen provecho!