Delicioso y fácil de realizar. Me encanta porque es un plato único si lo acompañamos con una ensalada. Lo podemos preparar con anticipación, basta hornearlo al último momento y listo.

Pastel:

Colocamos todos los ingredientes para el pastel en un mixer.

Mezclamos todo en una o dos partes si nuestro mixer es pequeño, o una sola vez si tenemos un mixer grande. Hasta que tengamos una masa homogénea.

Luego colocamos todo en un recipiente y agregamos primero 100 g de pan rallado, nos vamos regulando de acuerdo a la consistencia que vayamos teniendo.

Agregamos las 6 cucharadas de caldo vegetal y poco a poco más pan rallado si fuese necesario.

Debemos lograr a dar la forma de pastel con las manos sin que se nos rompa. 

Picamos finamente la cebolla chalota, o la cebolla pequeña dorado con el diente de ajo, los colocamos con un par de cucharadas de aceite extra virgen de oliva y lo sofreímos.

Luego vertemos el vino sobre la cebolla.

Revolvemos bien y en un par de minutos se habrá evaporado el alcohol.

En este punto, agregamos la salsa de tomate.

Revolvemos bien y cocinamos por unos 5 minutos a temperatura media.

Precalentamos el horno a 200°C (395°F).

Colocamos encima de la salsa nuestro pastel y estufamos por unos 5 minutos.

Sacamos el pastel y lo colocamos en una bandeja con papel de horno. Espolvoreamos con un poco de pan rallado y horneamos por 15 minutos.

Servimos colocando nuestro pastel en un plato y cubrimos con la salsa de tomate.

¡Buen provecho!