Este pan es la bandera en la tradición panadera italiana. Delicioso, liviano y siguiendo paso a paso la receta les aseguro unos pancitos crocantes por fuera y suavecitos por dentro. ¡Manos a la obra!

En un recipiente grande o en la empastadora, metemos las dos harinas (0 y tipo 2).

Disolvemos la levadura fresca en 750 ml de agua y los restantes 50 ml los dejamos aparte. Si la levadura fuese seca, la agregamos ya activada entonces con 600 ml de agua junto a las harinas.

Mezclamos, si lo hiciéramos a mano, con una cuchara se mezcla de afuera hacia adentro. Es decir, sobre sí mismo.

Se continua con ese movimiento hasta que están completamente mezclados los ingredientes.

Incorporamos la sal y los restantes 50 ml agua. Mezclamos bien hasta que veamos que todo está bien integrado, liso y homogéneo, será muy pegajoso, por la gran cantidad de agua.

Lo cubrimos y lo dejamos fermentar por una hora a temperatura ambiente, debe duplicar su volumen inicial.

Transcurrida la primera hora, en una superficie muy bien cubierta de harina integral, colocamos nuestra masa.

Lo doblamos sobre sí mismo, haciendo una especie de rectángulo.

Tomamos una parte y la doblamos hacia el centro.

Y luego la otra extremidad también hacia el centro.

Luego lo giramos y jalamos hacia nosotros, de manera que nos quede una hogaza lisa.

Lo colocamos nuevamente en el recipiente, cubrimos y dejamos fermentar otra hora.

Transcurrida la segunda hora, repetimos los pasajes anteriores un par de veces, es decir, lo sacamos sobre la superficie llena nuevamente de harina integral y doblamos los lados hacia el centro, girando de nuevo la masa.

Colocamos nuevamente en el recipiente, cubrimos y esta vez dejamos fermentar por dos horas.

Pasadas las dos horas, antes de sacar la masa, vertemos un poquito de aceite extra virgen de oliva.

Espolvoreamos bastante harina integral sobre la superficie en donde deslizaremos nuestra masa super fermentada, tiene que estar casi blanca, la parte con el aceite quedará hacia arriba.

Delicadamente la alargamos con las manos, hasta obtener un rectángulo.

Cortamos en rectángulos más pequeños.

Tomamos una bandeja, colocamos un papel para horno, y espolvoreamos un poco de harina integral.

Cogemos nuestros pequeños rectángulos uno a uno delicadamente.

Los colocamos girándolos sobre sí mismos en la bandeja. Es decir, que la parte con el aceite encima quedará hacia abajo.

Los colocamos de manera que quede espacio entre uno y otro, pues crecerán nuevamente y así no se pegarán.

Yo utilicé, dos bandejas de horno. Las colocamos dentro del horno apagado por 50 minutos, para la última fermentación.

Las sacamos y precalentamos el horno a 240°C (465°F).

Al llegar a temperatura, colocamos la primera bandeja en la parte más baja del horno por 20-25 minutos, hasta que se vean doraditos. Repetimos con la segunda bandeja.

Ahora no nos queda más que saborear nuestros pancitos recién hechos en casa.

¡Buen provecho!