Pan Cafone

Pan delicioso, crocante por fuera y suave por dentro. De la Región de Campania de Italia. Pocos ingredientes y fácil preparación, no queda más que prepararlo.

Su sabor es espectacular, el matrimonio de los dos tipos de harina, crean una mezcla digna de probar.

Ingredientes

Para aprox 1.5 kg

800 g de harina tipo 2

200 g de sémola de trigo duro

750 ml de agua

3 g de levadura seca activada o 7g de levadura de cerveza fresca

20 g de sal

20 ml de aceite

Preparación

En un recipiente colocamos 700ml de agua y disolvemos la levadura fresca. Si la levadura es seca este paso se omite.

En otro recipiente grande colocamos las harinas y agregamos el agua con la levadura fresca. Si la levadura es seca, la agregamos también ya activada y vertemos entonces 550 ml de agua. Mezclamos muy bien ayudándonos con una cuchara.

Agregamos la sal y los restantes 50 ml de agua. Mezclamos bien.

Por último, vertemos el aceite.

Cuando la harina absorbe toda el agua y el aceite, cubrimos y dejamos reposar la masa por 12 horas en la refrigeradora.

Transcurridas las 12 horas, sacamos la masa de la refrigeradora.

La masa será muy pegajosa, la ponemos en una superficie enharinada, nos llenamos de harina también las manos para que no se nos pegue, le espolvoreamos un poquito de harina.

La giramos sobre si misma y luego hacemos un pliegue hacia el centro.

Realizamos otro pliegue hacia el otro lado.

Hasta obtener una bola bien lisa y que no sea más pegajosa.

Todo este proceso dura aproximadamente unos 5 minutos. La colocamos de nuevo en el recipiente y la dejamos reposar 30 minutos a temperatura ambiente.

Transcurrido ese tiempo, tomamos de nuevo la masa y la dividimos en dos partes más o menos iguales.

O si se posee un molde de pan para terminar de fermentar y luego hornear (como en mi caso), se divide de acuerdo a los moldes que tenemos. Yo por ejemplo uso uno grande y otro moldecito para la fermentación.

Cogemos cada una, la colocamos en la superficie enharinada y la doblamos sobre si misma (la alargamos como un rectángulo, es decir lo doblamos de la parte más larga).

Si deseamos colocar la masa en los moldes, enharinamos bien el molde de fermentación y el otro lo engrasamos y colocamos la parte mas grande de la masa.

Dejamos reposar por otras 3-4 horas, hasta que duplique el volumen; yo la pongo en el horno apagado, pero con la luz encendida.

Calentamos el horno a 250° C (480° F).

Si tenemos una parte de la masa en un molde de fermentación, apenas se calentó el horno, lo giramos y lo colocamos a la par del otro molde, previamente enharinado.

Así estará listo para ser horneado, una vez que nuestro horno haya llegado a la temperatura elegida.

Cocinamos en la parte baja del horno a 250° C (480° F) por 20 minutos; luego por otros 15 minutos con la puerta entreabierta del horno para esto nos ayudamos con una cuchara o algo que nos ayude a que no se cierre (podría ser también una bola de papel aluminio).

¡El perfume delicioso de pan fresco que inundará vuestra casa será impagable!

Nota:

Si no tuviésemos los moldes de pan sea para hornear que para la fermentación; realizamos todo el procedimiento antes descrito, hasta cuando dividimos en dos la masa.

Tomamos la bandeja del horno, colocamos una tela blanca, la enharinamos abundantemente y colocamos cada uno de los rectángulos doblados sobre si mismos a parte de la unión del rectángulo queda hacia arriba. Los metemos en el horno apagado a fermentar por otras 3 o 4 horas hasta que la masa duplique su volumen. En este punto, tomamos delicadamente la masa fermentada apoyándola sobre el brazo tocándola lo menos posible, para no “desinflarla”. La colocamos en una bandeja de horno con poca harina para que cuando cocinemos no se queme y horneamos.

¡Buen provecho!