Adoro este desayuno porque es completo, sano, nutritivo y satisface por muchas horas.

Se puede completar con fruta fresca, fruta seca, para que contenga todas las vitaminas y minerales necesarios para un tiempo de comida excepcional y goloso.

Se cocina realmente en pocos minutos para conservar intactos los nutrientes.

Iniciamos colocando las hojuelas de avena integral en un mixer, trituramos por un par de segundos, apenas para que no estén completamente enteras y absorban mejor la leche vegetal.

Colocamos las hojuelas trituradas junto a la pizca de vainilla y la cucharadita de canela, en una ollita mediana.  Revolvemos y reservamos.

Cortamos en pedacitos una manzana.

La colocamos en el mixer o triturador junto a 200 ml del total de la leche vegetal.

Licuamos hasta obtener una especie de puré.  Reservamos.

Rallamos el limón con cuidado de no coger la parte blanca, que resulta amarga; la picamos bien.  Reservamos.

A continuación, vertemos el puré de manzana en la ollita que teníamos reservada con la avena, canela y vainilla.

Incorporamos los restantes 150ml de leche vegetal.

Agregamos la ralladura del limón y revolvemos bien todo.

Cocinamos a fuego medio revolviendo siempre hasta que inicie a hervir.  Apagamos y reservamos.

Mientras la avena reposa, cortamos en pequeños cuadritos la otra manzana. 

En un sartén, colocamos la cucharada de aceite de coco, encendemos a fuego medio alto e incorporamos los cuadritos de manzana. Cocinamos por un par de minutos.

Por último, vertemos las dos cucharadas de jarabe de maple, subimos el fuego y caramelizamos la manzana por 1 minuto y retiramos del fuego.

Servimos bien caliente en una tacita nuestro porridge, agregamos la manzana caramelizada y una espolvoreada de canela en polvo.  Para completar si lo deseamos incorporamos frutos secos al gusto.

¡Buen provecho!