Una de mis boquitas preferidas, no solo por su sabor, sino también por la simplicidad de su preparación.

Los adoro porque son exquisitos así solitos o con cualquier crema tipo guacamole, frijolitos molidos, pico de gallo, en fin, con cualquier cosa son deliciosos.

Iniciamos cortando las extremidades de cada uno de los plátanos.

Hacemos una incisión en el centro y con cuidado retiramos la cáscara completamente de cada uno.

Los cortamos en 4 o 5 porciones, dependiendo del tamaño del plátano.  Cada una de ellas debe ser de 4 o 5 cm.

Una vez que tenemos todas las porciones, las vamos friendo poco a poco, por todos los lados.

Cuando vemos que cambia de color, los retiramos y repetimos hasta terminar todas las porciones. 

Las vamos colocando sobre papel absorbente para escurrir el exceso de aceite.

Con ayuda de una tortillera o un par de platos, aun cuando están calientes, aplastamos cada una de las porciones con delicadeza.

Los dejamos de un grosor no demasiado delgado.

Los freímos nuevamente por ambos lados, hasta que estén dorados.  El aceite no debe estar extremadamente caliente para que no se quemen.

Los vamos retirando conforme los vamos friendo, colocamos sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite.  Espolvoreamos un poquito de sal sobre nuestros patacones.

Servimos y degustamos con un delicioso pico de gallo, frijolitos molidos o bueno así solitos que también son exquisitos.

¡Buen provecho!