Originarios en la década de 1920 en Suecia y Dinamarca, conocidos como “kanelbulle”.

Estos rollitos son una suavecita y fragante delicia a la canela.

Consiste en un rollo de masa dulce con canela y azúcar, rociado sobre una delgada capa de margarina. La masa es enrollada, cortada en porciones individuales y horneada.

Se les glasea con azúcar o una crema de queso.

He probado muchas otras recetas que contienen en el relleno solo 1 o 2 cucharaditas de canela, pero visto que yo la adoro y me encantan los rollitos con un verdadero sabor de canela, uso 4. Les aseguro que no es pesado ni invasivo el sabor, los invito a probarla lo antes posible.

Iniciamos con agregar a la leche vegetal tibia una cucharadita de azúcar de los 50 g, mezclamos bien; agregamos la levadura, mezclamos bien y cubrimos con papel transparente de cocina, dejamos reposar unos 10 minutos para activar la levadura.

Mientras tanto ponemos a derretir la margarina, reservamos.

Aparte, en un recipiente grande, cernimos la harina.

Verificamos que la levadura se haya activado.

Una vez activada, vertemos la leche con la levadura dentro el recipiente de la harina. Agregamos el restante azúcar y la canela. Mezclamos bien.

Una vez que la harina absorbió toda la leche, vertemos la margarina derretida y la cucharadita de sal.

Mezclamos bien.

Colocamos el recipiente con la masa, dentro el horno apagado, pero con la luz encendida.

Lo dejamos reposar hasta que duplique su volumen. Aproximadamente 1 ½ – 2 horas.

Una vez que la masa duplicó su volumen, la sacamos y la colocamos sobre una superficie enharinada. La masa es bastante pegajosa, le espolvoreamos un poquito de harina encima.

Con ayuda de un cortador de pasta le realizamos un pliegue de derecha hacia el centro y luego de izquierda hacia el centro.

Aparte, mezclamos los 90 g de azúcar de caña, las 4 cucharaditas de canela y la pizca de vainilla en polvo, reservamos.

Con la ayuda de un rodillo, extendemos la masa y realizamos un rectángulo, si la masa es demasiado pegajosa, espolvoreamos una pizca de harina para ayudarnos; pero no demasiado, porque esa textura es la que le otorgará la suavidad.

Untamos sobre el rectángulo los 80 g de margarina vegetal.

Espolvoreamos sobre todo el rectángulo, la mezcla de canela que teníamos reservada.

Con mucha atención y paciencia vamos realizando un arrollado.

Una vez enrollada la masa, procedemos a cortarla en aproximadamente 14- 16 porciones, o aún más si desean realizar mini rollitos.

En un molde rectangular o dos, colocamos una hoja de papel para hornear, colocamos nuestros rollitos distanciados, pues deberán reposar aproximadamente otra hora.

Precalentamos el horno 180° C (350° F).

Cuando nuestros rollitos duplicaron su volumen, los horneamos por 25-30 minutos hasta que resulten dorados.

Si se oscurecen demasiado rápido, antes de que estén cocinados, entonces colocamos una hoja de papel aluminio.

Mientras los rollitos se están horneando, iniciamos a preparar el glaseado; colocamos en un pequeño recipiente el azúcar en polvo y la pizca de vainilla (opcional).

Cuando ya están listos los rollitos, los sacamos del horno y dejamos reposar por 5 minutos, mientras tanto, terminamos el glaseado.

Vertemos una cucharadita a la vez de leche vegetal sobre la mezcla de azúcar y vainilla, hasta obtener una consistencia semi líquida. La vertemos inmediatamente sobre nuestros rollitos y los degustamos aun tibios con nuestro té o bebida favorita.

¡Buen provecho!